sábado, 27 de julio de 2013

Madrugada de 28 de julio.

Ando divagando y no me duermo. Se me ocurren algunas cosas para escribir en esta madrugada de 28 de julio, pero en realidad no quiero revelar mucho de lo que estoy sintiendo en estos momentos. Son cosas de la vida y recuerdos en esta fecha, pero de cierta forma me desahogo aquí. También un día como hoy murió Bach, mi adorado Bach, en 1750, que fecha tan lejana. Leí una vez que murió a las 9 y 15 de la noche. Me resultó simpático tanto detalle de hora y siempre lo decía a todos en la escuela cuando se hablaba de él. Estaba ciego cuando murió. Un señor que lo estafó diciendo que lo operaría y se mejoraría creo que empeoró las cosas. Ese mismo falso médico luego también con el mismo afán destrozó y empeoró la vista de Händel.
Un día como hoy hace seis años, Leo y Celia se dieron su ósculo prístino, gracias a Idalgel y a mi. Ese día fue tan raro en tantos aspectos que es un día que recuerdo a la perfección y que no olvidaré. Fue tan largo y luego se unió con el que venía y a la vez fue el detonante para tantas cosas (y aclaro que no precisamente por lo de Leo y Celia, jejeje). Me parece increíble que hayan pasado 6 años. Busqué más información sobre efemérides de hoy y también me parece que Antonio Vivaldi fallece un día como hoy y nació Marcel Duchamp. Todos los días nacen y mueren gente, de todo tipo, edades y clases. Debería ser algo muy normal la muerte y no debería consternarnos. Es cotidiana e inevitable, pero no es tan fácil para la mayoría asumirla...o quizás si lo es pero somos complicados o nos gusta complicarnos. Creo que esas complicaciones nos ayudan a tratar y a querer encontrarle sentido a las cosas cuando las respuestas son bien sencillas muchas veces, pero así se va la vida, tratando y tratando. Y ya no quiero complicarme demasiado escribiendo tanto, es bien tarde en este momento y debo dormir.

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