viernes, 7 de diciembre de 2018

Bestiarium.

Bestiarium es una obra que me parece fascinante de Dulce María Loynaz (1902-1997).
Se cuenta que cuando Dulce María estaba en bachillerato sus profesores la desaprobaron en un exámen de la asignatura de Historia Natural por no haber cumplido con una tarea que consistía en llevar un resumen que describiera ciertos ejemplares de animales, minerales y vegetales que habían sido requeridos. Según la Loynaz ella no se había enterado del trabajo asignado y a manera de una perspicaz venganza realizó esta colección de 19 poemas breves y la dedicó a sus profesores. Aunque posiblemente habían más, esta es la cifra que perdura, divididos en lecciones, saltándose la número 10. 
Cuando supe de esto y leí los poemas me parecieron de tremendo ingenio y brillantez, además de tratarse de algo singular para el tiempo en que Dulce María Loynaz los creó, a comienzos de la década de 1920. Pensar en su picardía como estudiante, en su originalidad mezclada con su latente sensibilidad y profundidad me hacen aún más seguir admirando su persona; y siempre me continúa asombrando la maravilla de su obra, como en lo aparentemente sencillo puede encerrar tanto. Es triste que en su momento no fueron publicados estos poemas, porque hubieran sido algo sin precedentes. 
Bestiarium fue publicado tardíamente en el año 1991, más de 60 y tantos años después. 

Porque no es muy fácil encontrarlos, porque me encantan y porque mejor que ellos hablen por si mismos, sin más se los comparto y espero los disfruten. 



BESTIARIUM 
Dulce María Loynaz

LECCIÓN PRIMERA
Tegernaria doméstica
(Araña Común)

La Araña gris de tiempo y de distancia
tiende su red al mar quieto del aire, 
pescadora de moscas y tristezas
cotidianas...

Sabe que el amor tiene 
un solo precio que se paga 
pronto o tarde: la Muerte. 
Y Amor y Muerte con sus hilos ata...


LECCIÓN SEGUNDA
Scolopendra morsitans
(Ciempiés)

 ¿Qué hará el Ciempiés 
con tantos pies 
y tan poco camino?


LECCIÓN TERCERA
Lempyris limbipennes
(Cocuyo)

Cocuyo de las noches tropicales, 
doble esmeralda viva, 
lámpara sin aceite y sin fanal
que nadie enciende ni la apaga el viento
y que da paso siempre...
¡Paso en la noche!

LECCIÓN CUARTA
Apis mellifica
(Abeja)

                          Visión dinámica:
              Embriaguez de rosa, 
miel en tránsito y oro en grano vivo;
hélices para el vuelo de algún sueño...

                         Visión estática:
 Panal labrado, 
catedral gótica de cera. 


LECCIÓN QUINTA
Musca doméstica
(Mosca común)

Moscas, puntadas negras
que van cosiendo un día al otro día...
Moscas posadas en el gran pastel 
de las quince velitas...
Moscas. Sol. 
Coser el tedio, pellizcar furtivo 
en las escasa dulzura de los hombres.  


LECCIÓN SEXTA
Aedes aegypti
(Mosquito)

Diminuto aeroplano en que viaja
la Fiebre Amarilla. 


LECCIÓN SÉPTIMA
Bombix mori
(Gusano de seda)

Él se crea su mundo y se lo cierra:
(¡Sueña en romperlo pronto con dos alas!)
Mas, luego viene el hombre y de aquel hilo
-mínimo mundo, vuelo en la promesa-,
hace un vestido para su mujer. 


LECCIÓN OCTAVA
Vanessa io
(Mariposa)

Escalas 
de alas 
en las salas 
del Museo. 

El deseo
de un hombre feo
robó a las diosas
las preciosas 
mariposas. 
Oscura 
y dura 
tortura:

(Un alfiler les clava la cintura
que bailara en el cáliz de una rosa.)


LECCIÓN NOVENA
Hippocampus brevrostris
(Caballito de Mar)

Caballito del mar, sólo un lucero, 
jinete en ti, podría cabalgar. 

Caballito del mar -pesebres
de madreperla y pistas de coral-. 

¡Quién con riendas de algas te guiara
al galope de un sueño por soñar!

¡Quién leve como un sueño o un lucero, 
para ser tu jinete, caballito del mar!


LECCIÓN UNDÉCIMA
Hyla arborea
(Rana Común)

Ella sabe el secreto del estanque 
y lo dice en la noche. Es verde y fría
como la menta, pero late siempre. 

Es quizás el corazón de los paisajes
nocturnos, ese cósmico paisaje
que se siente detrás de la cerrada
ventana, que se ciñe lentamente 
a la casa cuando da el reloj las doce:

Paisaje sin color, bajo relieve
horadado en el bloque de la noche 
por el chillido en punta de la rana...


LECCIÓN DUODÉCIMA
Trepinoductus viperinus
(Serpiente)

Está hecha de anillos de Saturno, 
de humedad de los pozos y luz de fuegos fatuos. 
Signo es del Infinito si se muerde la cola, 
y abre interrogaciones con el cuerpo enarcado. 

Su ojo eléctrico brilla en la yerba del suelo
y un dulce escalofrío la va desenroscando, 
mientras por el cristal de la laguna
pasa y vuelve a pasar la sombra de algún pájaro...

La levanta una flauta con su hilo de música
y un vuelo la estremece...

Algunas veces
cuando es primavera y huelen los jazmines, 
se acuerda vagamente de un jardín encantado...


LECCIÓN DECIMOTERCERA
Philomela luscinia
(Ruiseñor)

Ruiseñor, Philomela Luscinia, Flauta Errante,
Canto en la Noche y Luz en las Estrellas. 
Enmudece y se mustia a la primera huella 
del día y se le apaga el ojo rutilante. 

En vano buscaremos  en su aire, 
la que dejara musical estela...
Mas de noche se enciende, canta y vuela, 
vuela y se enciende -luz, floral desgaire-,
entre las frondas de nocturna seda;
azul como la luna que declina
y verde como verde menta en flor. 
Ópalo tibio, rueda en la neblina;
música alada, en la neblina rueda. 

Y para el regresar de algún amor, 
no hay música, ni flor, ni luna alguna
como su flor, su música, y su luna, 
cuando entre luna y música y flor vuela:
Ruiseñor de Julieta...Philomela. 


LECCIÓN DECIMOCUARTA
Rhinocerus bicornis
(Rinoceronte)

A la húmeda margen de los ríos, 
sueña un pesado sueño milenario
en que hay desplazamientos de montañas,
estallidos de bólidos, diluvios
y combates de dinosaurios...

(Su sueño aplasta la menuda 
yerba asustada de la orilla...)

Lleva una luna negra en la nariz. 


LECCIÓN DECIMOQUINTA
Camelus bactrianus
(Camello)

La arena del desierto le ha limado 
la cándida mirada. 
Tiende el humilde hocico sonreído 
hacia una verde que brilla en la distancia
-en la punta de aquél, su sueño mínimo...-

Camina hace mil años
hacia una orilla de agua prometida, 
hacia la yerbecita tierna
de un espejismo...



LECCIÓN DECIMOSEXTA
Elephas indicus
(Elefante)

Es el nieto del último mamuth. 
Cuando él era pequeño, 
a la margen de un lago azul de Asia, 
su abuelo le contaba cuentos
de gigantes armados
con troncos de árboles, envueltos
en pieles; de combates de serpientes aladas
por el aire y el agua, por la tierra y el fuego. 
¡Y de la trompa del rival herido, 
que revolvía el mar y lanzaba hasta el cielo
la espuma en cataratas invertidas!

Ahora el elefante es viejo, 
y come azúcar en las manos 
de los niños...


LECCIÓN DECIMOSÉPTIMA
Cavia aperea
(Curiel o Conejillo de Indias)

Por todo el mes un conejillo
ha sido alimentado con raíces
tiernas y con jugosos 
tallos de alfalfa y frescas florecillas...

Ahora está frente a un hombre calvo
que lo mira y le acerca 
una aguja en la mano...

Por un momento el conejillo 
lo ha mirado también... Por un momento, 
con sus ojos rosados e inocentes...


LECCIÓN DECIMOOCTAVA
Ursus arctus
(Oso Pardo)

El Oso baila, baila y baila; 
baila un fox-trot bajo la luna
de la esquina. 

El Oso baila con su traje
de lentejuelas y su gorro. 

El Oso baila; el hombre toca 
el órgano. 

El Oso baila; el odio baila 
en los ojos 
del Oso...

El hombre toca el órgano;
toca... todavía. 


LECCIÓN DECIMONONA
Felis leo
(León)

Es el Rey de la Selva y se ha quejado 
a la Liga de las Naciones. 
Pues que la Compañía Petrolera 
ha venido a invadir el territorio suyo
y él a sido llevado a Norteamérica 
a saltar taburetes y columpios
y hasta unos aros encendidos, 
desea por lo menos que le cambien
lo más pronto posible de su número
a esta Miss Pelusina, 
judía de cuarenta y siete años
y ciento ochenta libras de peso que por gusto
todos los días introduce 
su cabeza teñida de rubio
en su boca sin dientes
¡mientras los niños de primera fila
lanzan un grito de terror y júbilo!


LECCIÓN VIGÉSIMA
Desmodus rufus
(Murciélago Común)

Recortado del raso con que forran
las cajas de los muertos;
gustador de óleos místicos
y sangre de corderos. 

Tú sabes los caminos de la noche
y en tu menudo cuerpo
caben dos glorias que jamás se unen
en otro ser: alas y pecho. 


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jueves, 6 de diciembre de 2018

Breve nota sobre la marcha fúnebre.

Esta melodía tan reconocible y que la mayoría de la gente distingue sin importar cultura musical, quizás muchos no saben que pertenece a una sonata de Frederick Chopin (1810-1849). Si, la Sonata para piano # 2 Op. 35 en Si bemol menor. 

La marcha fúnebre es el tercer movimiento de esta sonata, que tiene un total de 4 movimientos. Se dice que Chopin comenzó a componerla desde 1837 empezando justo por el tercer movimiento y que la concluyó en 1839. A esta sonata se la distingue y se le nombra "La Marcha Fúnebre"; tan así su significación dentro de la obra en sí. 

Esta Marcha fúnebre, intensa, dramática y a su vez solemne, cuenta con una estructura de tres partes. La parte conocida, que aparece al principio y al final, intercala con una especie de interludio que contrasta en carácter con las otras partes, siendo de una ternura tremenda, en tonalidad mayor, sin dejar, a mi entender, de ser melancólico y expresar su formalidad para con el momento. En algunas lecturas consideran el interludio como algo aparte, poniendo que solo el prinicipio y el final es la marcha fúnebre en si. 
Yo en particular la siento dramatúrgica e imaginativamente a esa parte central como una especie de alegorías de recuerdos de la vida de la persona fallecida. 

Esta pieza fue interpretada en el propio entierro de Chopin en el cementerio Pére-Lachaise de París el 30 de octubre de 1849. (En su funeral se interpretó el Requiem de Mozart). Para esa ocasión la Marcha fue interpretada en un arreglo instrumental que le había realizado el músico francés Napoléon Henri Reben. 

Porque que transmite ese cúmulo de emociones que lleva una muerte es que creo que ha quedado en la cultura popular, siendo identificada con este tipo de momentos muy acertadamente. 

Aquí les comparto la versión original para piano.