martes, 29 de julio de 2014

A Pique, una canción de Juan Quintero.

Hace ya casi dos años que conozco a este grupo argentino, Aca Seca. Un trío  en el que sus integrantes componen, cantan y tocan piano, guitarra y batería y lo que interpretan está combinado de folklor suramericano, junto con una sólida formación académica y música de diferentes influencias. Siempre me ha parecido un trabajo muy interesante y diferente. 
Esta canción que voy a compartir pertenece al primer disco de ellos, del 2003. Este tema, que se llama "A Pique" es de Juan Quintero, uno de los integrantes. Aquí es el que canta y toca la guitarra. Desde que escuché esta canción por primera vez me pareció muy original y lindo lo que iba narrando. Es muy ocurrente la idea de irse a pique, cuando simplemente a veces es parte de la vida tener que asumir las cosas y enfrentarlas y que algo que por momentos era estable (el suelo) ya no esté y todo sea incierto y  que igual eso sea necesario para que haya que reencontrarse con uno mismo y no hay que aterrarse por eso, es solo pues parte de estar vivos. 
 Disfrútenla. 

A Pique: 
(Juan Quintero)

Que cosa! que de repente se me ha ido el suelo 
y ahí está el vacío esperándome. 
Nada me puede atajar, 
nada firme adelante mío, 
no es que me caiga, 
se me ha ido el suelo 
y lo voy a seguir. 

No te asustes, no, 
no te asustes si ves 
que como respaldo lo tengo viento 
y no queda nada bajo mis pies.
Me voy a pique no más
y aunque rompa el aire de un tajo, 
no es que me caiga es que voy pa' abajo 
a tocar el fondo de lo que soy de una buena vez. 

No me llores, no, ya he de venir, 
voy a encontrarme con mi suerte 
buscando lejos de todo lugar, 
hasta lejos de mi, 
de lo más hondo te quiero pedir. 

A gatas abro los ojos de tanto miedo, 
no hay asidero que pueda ver.
Bajo zumbando no más. 
No hay abrazo ni soledad, 
¿donde me he metido?, 
nada se ve, que hay que seguir. 

No te asustes, no, 
no te asustes si ves 
que no quedan voces al lado mío 
que me hagan bulla y me hagan reir. 
Nadie se puede acercar, 
pero hermano, no hay soledad, 
¿donde me he metido?
me arenga el aire con su silbido 
y me de su mano para seguir. 

No me llores, no, ya he de venir, 
voy a encontrarme con mi suerte 
buscando lejos de todo lugar,
lejos de mi, 
de lo más hondo te quiero pedir. 


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