viernes, 16 de agosto de 2013

Las malditas teleclases

Encontré mi libreta de escritos de la secundaria. Me da un poco de risa recordar las cosas de ese tiempo y ver como nos expresábamos en aquel entonces. Digo nos expresábamos porque en el caso de esta libreta siempre todos aportábamos cosas, Titi Indira, Idalgel, titi Ayleen, hasta Roxana y Mónica. Aquí tengo una valoración de cada profesor y personal de nuestra secundaria Raúl Gómez García. Están escritas cosas que fuimos conociendo de la vida de cada cual, más nuestras opiniones y descripciones sobre ellos. Es muy interesante para mi leerlo luego de 10 años
Este escrito en particular que voy a compartir se llama "Las malditas teleclases". Recuerdo que lo escribí a finales del curso 2002-2003. Resulta que en ese año instauraron uno de los programas de la revolución que era el de las teleclases. Ya desde que estábamos en 7mo grado (2 años antes) venían con esa idea. Había surgido Universidad para todos, un programa de diferentes cursos por televisión (el primero fue de idiomas, empezando por el inglés). Todo esto junto con la aparición de el 3er canal de televisión para la tele cubana, que históricamente solo habia tenido 2. Este nuevo canal se llamó y aún se llama Canal Educativo y surgió con ese fin, el de transmitir las teleclases y cosas en pos de la educación del pueblo. Se comenzaría como tal el programa de teleclases para la educación primaria y secundaria en ese curso 2002-2003. La mitad del tiempo de la enseñanza era atender a un maestro por la televisión y la otra con el maestro en el aula. Por supuesto que eso generaba un gran caos por lo general con la televisión a la hora de tomar notas, que pasaba o demasiado rápido o demasiado lento. Las teleclases además, eran transmitidas en vivo y muchas veces ocurrían desastres: por ejemplo en Química se le explotó a la profesora un experimento y comenzó a gritar o decía que era algo soluble y no lo era.... y se quedaba revolviendo unas piedras y tosía de la equivocación, la de Biología no sabía nada computación y el power point que proyectaba ella no sabía muchas veces como manejarlo y terminaba martillando con sus dedos la barra de espacio y no solucionaba la situación, tenía que ir un asistente a ayudar; siempre le ponían unos primeros planos horribles a la de inglés con un montón de verrugas, los camarógrafos eran ciertamente crueles muchas veces. En parte era muy cómico lo que pasaba, cómico para nosotros.  Había también un programa que nos tocaba por la programación que era como más variado, deberían poner musicales y hablar de temas de interés de cualquier índole, pero la verdad que lo odiábamos, sobre todo por los conductores. Eran muy pesados e intentaban ser graciosos todo el tiempo. La muchacha que conducía luego se hizo actriz.
 Para la comprensión de los contenidos en las teleclases también era complicado y mucho más porque luego precisamente no dábamos clases con el profesor de la asignatura correspondiente, sino que venía otra asignatura con un real profesor. En ese momento, aún no estaba como tal instaurado el otro programa que venía junto con las teleclases, el de los maestros generales-integrales; por lo que tuvimos la suerte de seguir teniendo buenos profesores de los de antes. Ya luego serían un caos total para la educación en Cuba. Lo sé muy bien porque mi hermana Maite empezó en 7mo grado luego que yo terminé 9no y a ella le tocó todo eso. Profesores de 16 años o por ahí que sabían menos que los propios alumnos en muchas ocasiones y que lo que generaba era un desastre y faltas de respeto contínuas, entre otras cosas. Así luego se quedaron buenos maestros sin su puesto de trabajo porque si no eran "integrales" no podían dar clases. Fue horrible. Recuerdo que mis maestros de la secundaria eran buenísimos. Profesores que habían estudiado toda su vida lo que le gustaba, si era el español y la literatura o matemática o Geografía o Química, fue por algo, y llevaban muchos años de experiencia. Y no quisieron aceptar eso de volverse integrales, porque simplemente no era lo de ellos y dejaron la enseñanza para dedicarse a otras cosas, aunque algunos si se atrevieron e hicieron eso de la integralidad, aunque no les gustaba.
Pues en este escrito hay opiniones mías sobre la programación para la enseñanza en Cuba en ese año. Es un poco infantil el escrito con opiniones muy banales en realidad, con ciertas incoherencias, pero es curioso para mi, luego de unos cuantos años, porque me recuerda muchísimas cosas de ese tiempo y porque debí haber mandado mi opinión (claro, con más seriedad, coherencia... ) al canal educativo para que supieran lo que pensábamos.

Pues así  dice:
"No me imagino como los teleprofesores de las teleclases se creen que nosotros les prestamos algún interés a esas teleclases. El problema no es que estén malas, la chiveta es que aburren, y esto conlleva al sueño. Algunas veces están buenas, pero eso es una vez cada quinquenio. Además hay algunos profesores que se las traen, como por ejemplo la de Inglés, Isora Pérez: es insoportable dar una teleclase con ella. Los 30 minutos se vuelven, horas, años... lo que a veces me da lástima, porque ella se piensa que a nosotros nos interesan muchos las clases (...)
Aunque hay que decir que después de todo las teleclases nos despejan de la rutina de siempre, y así no tenemos que verle la cara a los mismos profesores de siempre.
También uno se divierte con las penas que pasa la profesora de Biología, Olaida Cañizares, la pastocidad de la profesora de Química y su nerviosismo, la plasticidad de la profesora de español Maricela Rubio, el de matemáticas Jesús Cantón no es tan malo, el problema es que nunca hemos atendido, además de que le facharon (robaron) lo de la chispa encendida a Sopa de Palabras (era un segmento de la clase que usaba la presentación de otro programa para niños de la televisión cubana). El mejorcito de todos es el profesor de historia de cuba, Roberto, historia tiene otra profesora, Margot pero es tremenda bofe (pesada, insoportable). La profesora de Geografía no es nada importante, ni siquiera es necesario hablar de ella porque nunca vemos la teleclase de Geografía.
Un punto aparte lleva el programa audiovisual que nos corresponde. Se llama Mi TV o "Crecer para bien" y es tremendo pujo, nunca he visto algo tan pujoso en toda mi maldita existencia. Los chiquitos que conducen no saben hacer chistes y la chiquita Giselle esa tiene tremenda cara de papa, se hace cantidad y es de lo más pesada. Por su parte, el chiquito Frank, siempre se le salen todas las plumas y es otro bofe. No ponen musicales que sirvan y los temas del programa son aburridísimos. Yo creo que ese es el peor programa de todo el canal educativo. ¡No es fácil!, ¡No es nada fácil! ¡No es nada, pero nada de nada fácil!!
Después de todo por lo menos tenemos una programación que han puesto a nuestra disposición, lástima que no la sepamos aprovechar debidamente ni valorar sus virtudes. Pero como siempre digo: La vida es cruel.
Miriam Páez Bolet. 10 de junio de 2003 ".

(Nuestro grupo pacifista de 9no Grado, "People For Peace")

(Con nuestra adorada profesora de Español-Literatura Delia Rosa, después de ese curso se retiró de la enseñanza secundaria)
 


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