lunes, 15 de septiembre de 2014
Algo inusual en el cementerio
Siempre, desde niña he adorado los cementerios. Son lugares que me producen paz. Hace unos días caminaba por la calle 8 de Miami y me dió por entrar al cementerio que está en la avenida 32. Ya había ido dos veces antes porque algunos familiares están allí en unas bóvedas. Esta vez quise entrar a caminar pero en cambio me senté en un banco frente a una fuente que estaba a la entrada. Me parecía bien pacífica y el sonido del agua me agradaba. A los 3 minutos empezaron a salir del agua unas jicoteas, salían como curiosas a mirarme. Fue increíble porque fue lo menos que esperé encontrarme en el cementerio. Llegué a contar 9 jicoteas.
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