viernes, 28 de febrero de 2014

El ensayo final pa la clase!

"Estereotipar, clase, Dulce María Loynaz, ´Cubanía´, y algo más"
“(Dulce María Loynaz) mantuvo siempre su cubanía, una cubanía orgullosa; (…) Claro!!!, Dulce María pertenece a una clase y nunca traiciona su clase, pero esa clase, clase alta, no le impidió jamás en la obra, en su vida, alejarse de la cubanía. (…) La cubanía de ella tenía naturalmente el humor, la ironía, la mezcla de dulzura con dureza, que puede caracterizar lo  cubano, los cubanos, las cubanas. (En uno de sus poemas se percibe la) (…) delicadeza al acercarse a una muchacha humilde y eso demuestra su cubanía. (…)”.
César López, escritor cubano, Premio Nacional de Literatura, Cuba.
Testimonio ofrecido en un programa televisivo que abordaba la presencia de la “Cubanía” en la obra de Dulce María Loynaz.

En mi opinión, estereotipar es limitar, es excluir y demuestra ignorancia. Dulce María Loynaz (1902-1997) es una de las grandes artistas de la cultura cubana, que entre sus múltiples reconocimientos cuenta con el Premio Miguel de Cervantes de Literatura. Ella pertenecía a una de las familias más importantes de la burguesía cubana desde el siglo XIX. Su familia no solo fue influyente económicamente hablando, sino que además fueron pilares relevantes dentro de todo el proceso de luchas por la liberación cubana del yugo español. Dulce María Loynaz, vivió y murió en Cuba, siempre expresó que "la hija de un soldado nunca abandonaba su campo de batalla". Cuando miré un programa televisivo cubano y, sobre todo, el testimonio que ofrece César López sobre ella, me sentí un poco molesta y bastante decepcionada. Quizás es por eso que en este ensayo quiero opinar acerca de lo que representan los estereotipos. Creo que con un razonamiento sobre el tema, podemos mejorar este mal hábito que es bastante común, y que tiene connotaciones bastante negativas.
De donde vienen los estereotipos? Originalmente un estereotipo era una impresión tomada en la imprenta de un molde de plomo que luego se utilizaba en el lugar del original. Esto desembocó en una metáfora sobre un conjunto de ideas preestablecidas que se podían llevar de un lugar a otro sin cambios. Cuando pensamos en este concepto dentro de nuestra realidad, nos encontramos que los estereotipos son resultados de un aprendizaje social a partir de un contacto repetido con representaciones enteramente construídas o bien filtradas a partir de nuestra educación e influenciada principalmente por el discurso de los medios de comunicación. Estereotipamos cuando opinamos a partir de una percepción simplista que se tiene sobre una persona o grupo de personas que están supuestas a tener en común ciertas habilidades, características, cualidades o conductas y a su vez funcionan a partir de categorías y status. Los estereotipos, en otras palabras, son esquemas de pensamiento preconstruídos que comienzan a compartir los individuos.
A partir de 1959, la sociedad cubana comenzó a presentar cambios radicales. Parte de ciertas campañas y la instauración en el país de un “sistema socialista” hacía que se renegara de todo lo que oliera a burguesía o al hecho de tener una “clase social”. Inconscientemente eso provocó en la sociedad cubana sumirse paulatinamente en cierta degradación educativa, inclusive de lo normal que debe de ser el hecho de tener buenas maneras. La cultura cubana, en mi opinión siempre ha estado desde su origen bien mestiza, y eso está por encima de las clases sociales. No creo que el hecho de ser humilde o de clase alta haga más o menos cubana una obra ni una persona. Pero el discurso de los medios se impone ante generaciones. El testimonio que ofrece César López sobre la escritora Dulce María Loynaz, es totalmente estereotipado y está dominado por como funciona todo el sistema de los medios en Cuba. Dulce María Loynaz nunca estuvo de acuerdo con el régimen imperante. Es por eso que tratando de justificar el hecho de hablar de Dulce María, es que caen en los estereotipos sobre lo que es la cubanía, en errados conceptos de lo que significa ser de “clase alta”. En otras palabras, como que siempre defendió la cubanía, a pesar de ser de clase, pues entonces podemos homenajearla o hablar de ella. Por un lado ser cubano va más allá de distinciones y clasificaciones, y por otro, creo que la grandeza de los artistas sobrepasa estereotipos y sistemas.
La cultura a la que pertenecemos nos hace leer la realidad mediada en gran parte por los contextos y medios de comunicación. Eso, sumado a nuestra propia  educación nos lleva a la construcción de estereotipos, los cuales debemos irremediablemente eliminar de nuestro pensamiento y opiniones porque tienen connotaciones negativas, puesto que están relacionados con prejuicios, que nos llevan a juzgar mal y a discriminar.

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