domingo, 13 de noviembre de 2016

Manuel Saumell, el Frustrado intento de la primera ópera Nacionalista cubana y otros chismes.

Si, en 1839 en Cuba, Manuel Saumell estaba escribiendo una ópera totalmente nacionalista. ¿Qué hubiera sido de la historia de la música cubana si eso se hubiese llevado a cabo? ¿Quien sabe?? Es interesante pensar en eso, aunque ni modos, ya no hay remedio, pero creo que es una anécdota curiosa. 
Manuel Saumell Robredo nació en La Habana, su procedencia fue humilde y vivió entre los años 1817-1870. De forma autodidacta estudió música y tenía inquietudes por componer a sus 15 años. Ya adulto logró ser discípulo de piano de Juan Federico Edelmann (1795-1848). Edelmann era un pianista de renombre, francés, y había llegado a La Habana en 1832, para dar unos conciertos, que fueron tan exitosos que decidió quedarse a residir en esa ciudad y comenzó a formar parte de la Sociedad Filarmónica de Santa Cecilia y luego hizo una empresa propia de música y edición musical. 
Saumell también fue discípulo de Mauricio Pyke, que le impartió clases de armonía, instrumentación, fuga, y contrapunto. Pyke era director de una compañía italiana de ópera que visitaba La Habana a menudo. 
Manuel Saumell, a sus 21 años se enamoró perdidamente de de la cantante Dolores de Saint-Maxen, quien, por cierto, había introducido en Cuba la obra del compositor austríaco Franz Schubert. Pues, resulta que la familia de ella, que era de posición, no aceptaba esa relación entre Saumell y Dolores, pero así todo ella permitió que el joven Manuel siguiera con atenciones para con ella. 
Más o menos, aproximadamente en 1839, Saumell estaba escribiendo una ópera totalmente nacionalista, en donde Dolores sería la cantante protagonista, mostrando todo su talento como soprano. Para este proyecto, Saumell se basaría en la novela "Antonelli", de José Antonio Echevarría. la acción contaba la historia que sucedía en La Habana de 1590 en donde mano de obra esclava pone en marcha la maquinaria de los primeros ingenios azucareros de El Cerro. El ingeniero Antonelli se enamora de una hermosa mulata, pero luego descubre que ella está comprometida con el sobrino del gobernador de La Habana. Más o menos ese era el conflicto que llevaría toda la historia. Antes que el libreto fuese escrito (en italiano), Dolores la soprano rompió su relación con Saumell y, según rumores, se fue tras otro hombre. El destrozado Saumell abandonó el proyecto y pues ahí quedó lo que hubiese marcado un hito dentro de la música cubana y en América.
Se dice que pensar o tratar de adivinar el "y si hubiera hecho" "y si hubiese sido".. esos "y si... " son algo que uno ya no puede cambiar y a veces es como triste quedarse con la duda. Es una pena que no se hubiese llevado a cabo "Antonelli" en ópera, porque además de ser por primera vez una ópera cubana, nacional, era un gran paso el hecho de que personajes de indios aborígenes cubanos y negros esclavos cantaran y formaran parte de la acción dentro de la ópera en pleno Siglo XIX en una Cuba colonial, donde aún faltarían unos cuantos años para lograr la abolición de la esclavitud (1886). Dar voz a esas clases oprimidas en aquel momento hubiera significado algo sin precedentes en América y además hubiese sido un hito dentro del Nacionalismo Musical que sucedía en Europa desde 1836. 
Luego de este suceso fallido con esta ópera, Manuel Saumell continuó con su vida. Se casó con Concepción Amegui. Tuvieron 3 hijos. Se dice que llevaba una vida agitada, además de que su posición socioeconómica no era muy satisfactoria, por lo que tuvo que trabajar bastante para conseguir lo que se proponía. Continuó componiendo, presentándose como pianista en actividades, ofreció numerosos conciertos. Aunque como pianista no fue conocido fuera de los límites del territorio cubano, porque nunca tuvo la oportunidad de explorarlos. Fue además presidente de la Sección de Música de la Sociedad económica Santa Cecilia y conjuntamente con Ramón Pintó y el pianista José Miró, trabajaron en la fundación del Liceo Artístico y literario de La Habana, del cual también fue presidente de su Sección de Música. 
Manuel Saumell falleció con 52 años en 1870, pero a pasar de todas las dificultades por las que pasó, y su relativamente corta existencia, fue el primero en cultivar el Nacionalismo Musical Cubano, convirtiéndose en "El Padre de la Música Cubana". Culpables de este calificativo son sus 52 Contradanzas para piano, a las cuales, dedicaré unos capítulos específicos, por su importancia para la Música Cubana. 
Creo que esta anécdota de la ópera fallida es algo no tan conocido de la vida de Saumell, y por lo que hubiese significado me pareció interesante de mencionar. A veces la vida pasa y quizás estas cosas y saberlas y compartirlas hacen que sigan trascendiendo y haciéndonos pensar que cada paso que damos o dejamos de dar tiene sus consecuencias, no importa el contexto, la situación o la magnitud. 




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