sábado, 30 de diciembre de 2017

¡Maricón!

A veces hay quienes se ahogan en un vaso de agua. Les encanta el papel de víctimas cuando, por el contrario, tienen todo lo necesario para ser felices pero no lo son y deciden andarse lamentando, buscando pretextos para quejarse de la vida. Pienso en eso y me da tristeza porque conozco a gente así. 

Maricón es una palabra para insultar y designar con desprecio a un hombre por su homosexualidad. Un término, dentro del machismo, el estereotipo y la intolerancia, que ha permanecido en la sociedad, y por su mismo carácter ofensivo es que, aunque no necesariamente se refiera a una inclinación sexual, se usa para hablarle a alguien y hacerlo reaccionar sobre su flojera, que se puede traducir muchas veces en cobardía.  

"Maricón" es una canción de Juan Quintero que me parece curiosa porque se llama así, complementando todo un discurso sobre un personaje que siempre se queja y pone excusas, no valorando todo lo que posee. 
Es un reclamo de canción, un llamado de atención que yo interpreto en plan: ¡hey!, deja de ser pendejo y enfréntate sin más pretextos; asume y vive que lo tienes todo, sé feliz!
Todo a su vez apoyado musicalmente de manera excepcional, siendo muy coherente la relación música-texto, consecuente con lo que describe la dramaturgia, las pausas en los pretextos, indecisiones, contratiempos, las descripciones como van sumando a cada acorde que se pone, las quejas en plan burla, disonancias, tensiones que se resuelven, y lo afable de la armonía y melodía en los aspectos positivos, concluyendo en el final con una paz que me parece súper bonita, y a la vez una sacudida cuando dentro del reclamo le dice: yo no entiendo de qué es lo que te quejás, si hay una dueña pa' tu alma. 




Maricón
Autor: Juan Quintero. 

Me han dicho por ahí que te han visto triste 
y mal de golpe y porrazo,
 quejándote a cada paso, arisco y malhumorao'.
Y cuentan que andás moreteao' con hambre, miedo, 
fiebre y calambre
ahogao' en tu mala sangre, 
sin un minuto de paz.

Y en vez de fijarte como te has de curar,
te has encerrao' a sobarte el lomo compay,
relajá la guardia y busca con calma y olvida el: 
"¡ay! basta! que todo me ataca!"
te digo en serio compay, alzá la frente 
y dejá que el sol te pegue en la cara.

"¡Ay! ella, mirá como llora y chilla 
peor que un nene de pecho,
que nunca está satisfecho con todo lo que le dan."
"Quiere eso, o no, o ya tiene o sobra o falta 5 pal peso,
le dan y le mira el precio, 
después no lo quiere usar. "

El pan ganao' de tu frente ya ha de llegar, 
no te agarrés con la pobre gente compay, 
agradezca el techo, el latir del pecho y olvide el:
"¡ay, dame, que todo me falta!
es que yo no entiendo compay
de qué es lo que te quejás, 
si hay una dueña pa' tu alma. 

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