miércoles, 25 de diciembre de 2013

Para que sufras?

Creo que en la vida siempre hay dos cosas que hay que tener en cuenta: lo que se dice y lo que hay detrás de lo que se dice. Para mí todo lo que tenga un texto nos ofrece lo que se cuenta, la historia en sí y además hay un subtexto. Cada vez que escucho canciones me encanta descubrir siempre que me quieren decir, que hay detrás de lo obvio. Es algo que disfruto mucho.
Por ejemplo, esta canción que interpreta Celeste Mendoza, del compositor Osvaldo Farrés, con arreglo de Bebo Valdés. 


"Para que sufras" 
No te voy a querer
ni te voy a mirar
para que sufras. 
Ni aún siquiera sabrás 
si algún día te dí mi cariño. 
Quizás en esa forma tú comprendas 
que puedo yo vivir sin tus caricias. 
No te voy a querer
ni te voy a mirar
para que sufras. 
Ni aún siquiera sabrás 
si algún día te dí mi cariño. 
Te voy a castigar 
para que sufras 
lo mismo que he sufrido 
yo por tí.

Además de lo obvio, la actitud de desprecio en plan de despecho luego de haber querido mucho a alguien, tenemos un arreglo lleno de contrastes entre agresividad y ternura. La misma interpretación de Celeste, que es bastante temperamental, apoya lo agresivo pero a la vez es desmentido por el arreglo, que nos trae melodías dulces y un sonido hermosísimo (de la trompeta sobre todo). 
Al final uno llega a la conclusión de que la canción usa ese desprecio, pero en realidad la persona trata de auto-convencerse  de eso que está diciendo, porque está sintiendo intensamente por dentro aún, y no desea para nada lo que dice, todo lo contrario. 



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