jueves, 6 de diciembre de 2018

Breve nota sobre la marcha fúnebre.

Esta melodía tan reconocible y que la mayoría de la gente distingue sin importar cultura musical, quizás muchos no saben que pertenece a una sonata de Frederick Chopin (1810-1849). Si, la Sonata para piano # 2 Op. 35 en Si bemol menor. 

La marcha fúnebre es el tercer movimiento de esta sonata, que tiene un total de 4 movimientos. Se dice que Chopin comenzó a componerla desde 1837 empezando justo por el tercer movimiento y que la concluyó en 1839. A esta sonata se la distingue y se le nombra "La Marcha Fúnebre"; tan así su significación dentro de la obra en sí. 

Esta Marcha fúnebre, intensa, dramática y a su vez solemne, cuenta con una estructura de tres partes. La parte conocida, que aparece al principio y al final, intercala con una especie de interludio que contrasta en carácter con las otras partes, siendo de una ternura tremenda, en tonalidad mayor, sin dejar, a mi entender, de ser melancólico y expresar su formalidad para con el momento. En algunas lecturas consideran el interludio como algo aparte, poniendo que solo el prinicipio y el final es la marcha fúnebre en si. 
Yo en particular la siento dramatúrgica e imaginativamente a esa parte central como una especie de alegorías de recuerdos de la vida de la persona fallecida. 

Esta pieza fue interpretada en el propio entierro de Chopin en el cementerio Pére-Lachaise de París el 30 de octubre de 1849. (En su funeral se interpretó el Requiem de Mozart). Para esa ocasión la Marcha fue interpretada en un arreglo instrumental que le había realizado el músico francés Napoléon Henri Reben. 

Porque que transmite ese cúmulo de emociones que lleva una muerte es que creo que ha quedado en la cultura popular, siendo identificada con este tipo de momentos muy acertadamente. 

Aquí les comparto la versión original para piano. 





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