miércoles, 6 de mayo de 2015

Callejón sin Luz.

Nunca comprendí por qué me gustaba tanto esta canción. Me producía siempre una sensación interesante, porque no tenía en esos tiempos historias que se parecieran a lo que contaba y aún así me producía una añoranza de algo que en realidad no existía. Como si me fuera afín, y era raro porque no lo era. 
Hace poco hablaba con una amiga y me dijo que le encantaba esta canción y más o menos me describió lo que le producía, que era muy similar a lo que me pasaba a mi cada vez que la escuchaba y que aun me sucede un poco . 
Siempre me gustó desde que la oí. Y hoy se me ocurrió compartirla y entender un poco. 

"Callejón sin luz", una canción de Carlos Varela, que pertenece a su material discográfico "Siete" se refiere a una historia que ocurre en un callejoncito que queda al costado del cementerio chino, en la Habana, en el límite del vedado con Nuevo Vedado. Siempre visualicé tan intensa y clara la historia, y siempre veo los elementos, la silla, la cruz, la bandera de los vecinos, el Cementerio Chino, como una película en mi mente, cada símbolo, con el mismo nombre de la canción, el lugar, la contraposición de cosas que va narrando, lo prohibido, pero lo sublime, la oscuridad, la luz, cosas que pueden trascender más allá de una historia de amor o una aventura pasional, a otros contextos. Recuerdo que caminé una vez con unas amistades por allí y alguien mencionó que ese era el "Callejón sin luz" de la canción de Carlos Varela, quien por cierto, vive, o vivía, a pocas cuadras de allí.  Y no sé, quizás me gusta, veo linda la idea que expresa que algo puede quedarse como un símbolo sagrado y la vida convertirse en un lugar, en un hecho, en un momento, que te haga pensar en ello siempre como algo especial, una obsesión constante, recurrente, en la que cada detalle importa y trasciende.  



CALLEJÓN SIN LUZ
(Autor: Carlos Varela)

Justo detrás del cementerio chino, 
en el viejo callejón sin luz, 
detrás de la bandera en el balcón de los vecinos
te me desnudabas tú. 

Yo no era más que un duende sin abrigo,
tu buda, tu rabino y tu gurú; 
y justo en el oscuro cementerio
descubrí la vida encima de una cruz. 
Hicimos el amor, sudamos el misterio
en el viejo callejón sin luz. 

La vida es como un remolino, 
de polvo y hojas se hace la ilusión, 
los sueños envejecen como el vino 
y el dolor de una canción. 

Justo en el borde del camino,
en vez de aquella silla estabas tú. 
Debajo de tu falda yo era el asesino 
de aquel callejón sin luz. 

Hoy te busqué en el cementerio chino
por el viejo callejón sin luz 
y aun sigue la bandera en el balcón de los vecinos
solo que ya no estás tú. 

Mi amor fue un remolino,
que daba vueltas cuando el viento eras tú, 
y ahora mi vida y mi destino 
no son más que un callejón sin luz. 


Mi amor fue un remolino,
que daba vueltas cuando el viento eras tú, 
y ahora mi vida y mi destino 
no son más que un callejón sin luz. 

Y ahora mi vida y mi destino 
no son más que un callejón sin luz. 




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